Enero es el mes del sí según la numerología siriana. El sí a sí mismo, a la luz y a la vuelta a la unidad, que es volver a conectar con el corazón y conectar con todos los corazones de luz que forman el tejido de la existencia.
Enero es el mes del sí, del sí a la abundancia, a abrirse al alimento divino de la Gran Madre, al oro cósmico.
Con ese sí, se ancla el inicio del camino del ciclo del año; o sea, decirse sí a la luz sella el camino de evolución de ese ciclo anual hacia el regreso a la esencia.
Pero, ¿qué pasa si se da más poder al miedo y no se da el sí? Se produce parálisis y resistencia en el camino de la energía que está disponible en ese ciclo, por lo que no resulta la mejor opción, pues puede producir que la persona salga de su propio plan de vida y ya no pueda retomarlo, pues no aprovecha la energía a su disposición.
Enero dispone energía y fuerza, impulso para darse el propio sí y a la luz, pero cada uno decide comprometerse o no consigo mismo y la existencia. Somos responsables de cada pensamiento, palabra, emoción y acción. Es hora de madurar, entrar en conciencia y decirse sí a fin de abrirse a la luz, sabiduría y dones… anclarlos y estar presentes en Gaia. Es hora de dejar de destruir-nos y empezar a colaborar.
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