Se nos convocó desde el femenino maternal que sostiene y nutre de amor en representación de la Gran Madre.
Desde ahí, la aceptación y unión divina del femenino y masculino sagrado y del planeta con el cosmos.
Reconfigurando espacio y tiempo.
Hay tantos servicio planetarios y tan intensos que no me da tiempo de hacer informes, pero lo importante es que se lleven a cabo. En esta ocasión, principalmente se trabajó en una vuelta más de espiral en reactivación de la aceptación del alimento divino, del gozo de la existencia, la energía esencial femenina, la masculina y su divina unión. Un reinicio y puesta a punto antes de este inicio intenso que viene. Gaia nos pide que tomemos nuestro lugar, que nos abramos a recibir nuestra propia luz, que tengamos ternura a nuestro cuerpo y que seamos conscientes de nuestra propia envoltura energética y también de nuestro eje.
La clave es generar espacios de quietud y silencio internos, abrir el corazón, calma y confianza. Avanzar paso a paso y con ternura y hermandad.
Por el entramado están expandiéndose bendiciones. Permite recibir.
No me dejan contar mucho del servicio.
Música tejido. Escuchar en modo recepción.